Una de las grandes lecciones de la pandemia del covid-19 es hasta qué punto como sociedad ponemos en valor la realidad de las personas mayores. Esta descomunal crisis sanitaria, que ha dejado ya 12.439 muertes en Catalunya, de las cuales 4.082 (el 33%) se han producido en residencias de ancianos, ha destapado carencias que ya existían, pero que hasta entonces se había optado por ignorar. «El Ejército ha podido ver a ancianos y mayores abandonados, cuando no muertos, en sus camas», desveló la Ministra de Defensa, Margarita Robles, a finales de marzo.
«No ha ocurrido en todos los sitios igual, pero ha habido una discriminación hacia los mayores por ser mayores», denuncia Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares para la autonomía personal. «Cuando se piensa que no hay recursos para todos, se hace este triaje para elegir quién se puede aprovechar más de los recursos. Ha ocurrido en toda España, en Catalunya también», asegura.
Para Rodríguez, esta crisis ha destapado las «carencias» que ya había en las geriátricos. «Los profesionales que tienen las residencias no son los del sistema nacional de salud, por tanto, no saben actuar ante una pandemia de esta virulencia», cuenta. «Los ancianos son considerados pacientes de segunda», concluye.
Una de las grandes lecciones de la pandemia del covid-19 es hasta qué punto como sociedad ponemos en valor la realidad de las personas mayores. Esta descomunal crisis sanitaria, que ha dejado ya 12.439 muertes en Catalunya, de las cuales 4.082 (el 33%) se han producido en residencias de ancianos, ha destapado carencias que ya existían, pero que hasta entonces se había optado por ignorar. «El Ejército ha podido ver a ancianos y mayores abandonados, cuando no muertos, en sus camas», desveló la Ministra de Defensa, Margarita Robles, a finales de marzo.
vía: el periodico