El envejecimiento de la población no sólo acabará poniendo a prueba el actual sistema de pensiones. Como ha alertado esta semana el Banco de España, las ramificaciones del aumento de la edad media de los ciudadanos son múltiples y extensas. Sin ir más lejos, el cambio en la pirámide de edad amenaza con reducir la recaudación por cotizaciones y los ingresos tributarios.
El Banco de España habla de “limitaciones sobre la potencia recaudatoria”, por el progresivo incremento del peso de las personas mayores, cuyos patrones de ingresos y de consumo hacen que en la práctica el tipo efectivo de los impuestos directos e indirectos sean más reducidos. No se tributa igual en el IRPF por las rentas del trabajo que por las del ahorro o por el alquiler de viviendas, mientras que determinados productos y servicios (alimentos básicos, los servicios sanitarios…) están gravados con un IVA más bajo. Una diferencia que se hace patente en las arcas de la Agencia Tributaria, ya que los jóvenes, por ejemplo, consumen más bienes duraderos –electrónica de consumo, mobiliario, vehículos, joyas– que la población de mayor edad. Además, en el caso de los impuestos especiales, con el envejecimiento se espera una caída de recaudación por el consumo de tabaco, alcohol y combustibles, más frecuentes entre los adultos jóvenes.
vía: La Vanguardia